Tengo un primo que en sus años de adolescencia cateaba hasta el recreo. Lejos de RECONOCER lo nefasto de sus resultados escolares, sus siete suspensos, y a la hora de mostrar sus resultados académicos a mi tío, le intenta hacer ver que, los muy deficientes ( MD ) debía de interpretarlos como muy destacado, y los insuficientes ( I ) como insuperable, con lo que sus malas notas se transformaban en excelentes calificaciones. Mi tío lo observaba incrédulo. Luego estallaba en ira irrefrenable.
Esta claro que determinadas acepciones del verbo RECONOCER no son muy utilizadas en nuestra querida España. " Mostrar o manifestar agradecimiento por un bien o favor recibido ". Tradicionalmente esta acepción del verbo es extraña por estos lares. Aquí se dan las gracias a " Toro pasado " y los reconocimientos se hacen a " Titulo Póstumo ". La segunda de las acepciones de RECONOCER a la que me referiré horroriza, a nuestros políticos, " Admitir la certeza ajena o el propio error ". Los anteriores gobiernos no reconocieron la tan traída crisis, los actuales no reconocen que sus medidas para solucionar la catastrófica situación socioeconomica actual no sirven. Como resultado estamos peor que empezamos.
Señores no sean como mi adolescente primo, han cateado hasta el recreo. Estudien nuevas medidas que ayuden al ciudadano, no a los poderes económicos nacionales y europeos. La prima de riesgo va mejor, pero los demás, como dirían en Argentina " Estamos todos jodidos ".
" Solo el hombre integro es capaz de confesar sus faltas y de reconocer sus errores "
( Benjamin Franklyn )