En los días pasados, con motivo del estreno de la película " Los Últimos de Filipinas ", se ha vuelto a recordar el episodio de la defensa del puesto de Baler por puñado de heroicos soldados españoles, durante la lejana y triste guerra de Filipinas. Voy a aprovechar la oportunidad para rendir un pequeño homenaje a otro héroe de aquella contienda, mi bisabuelo el Segundo Teniente de Artillería D. Serapio Sánchez Garcia. Al producirse la insurrección filipina en 1886 se encarga a la división del General Lachambre de las operaciones contra la misma. Entre los días 24 de y 28 de febrero y 4 de marzo de 1887 las tropas españolas toman la localidad de Dasmariñas, provincia de Cavite. Tal y como se recoge en la Real Cedula de las imágenes, dada en el Palacio Real con fecha 24 de julio de 1888, por "el comportamiento observado " en citada acción, se concede al Segundo Teniente de Artilleria D. Serapio Sánchez Garcia la Cruz del Merito Militar por acción de Guerra, y el tratamiento de Caballero de dicha Orden.
En la Real Cedula figuran las firmas autógrafas de la Reina Regente Dña. Maria Cristina de Hasburgo y Lorena, y la del Ministro de Guerra D. Miguel Correa.
Con gran orgullo conservo este documento recuerdo de mi bisabuelo, que como tantos otros soldados de España supo servir a su patria cuando se le demando.
El siguiente paso sería la toma de Perez-Dasmariñas, para lo cual la Primera Brigada fue dividida en dos Medias Brigadas quedando una de ellas (formada por los Batallones de cazadores nº-1 y nº2) atrapadas en un lodazal provocado por los tagalos al inundar el campo por medio de la presa de San Julián. La otra Media Brigada (formada por el Batallón nº 12 y el Regimiento nº 74) se mueven hacia el este de las unidades atrapadas en el fango, haciendo huir a las fuerzas filipinas en dirección a Perez-Dasmariñas, donde la resistencia obliga a una lucha casa por casa sin cuartel, debiendo incendiar algunas de ellas donde la resistencia es feroz. Una vez tomada la población, las tropas españolas debieron de rechazar varios intentos filipinos de recuperarla. La conquista de Perez-Dasmariñas fue una de las acciones más duras y sangrientas de toda la campaña.
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